La hipertensión: Los 5 mitos que condenan su corazón
La hipertensión es una enfermedad silenciosa ya que en la gran mayoría de los casos no produce síntomas. Se caracteriza por el aumento continuo de la presión que ejerce la sangre sobre las paredes de las arterias. Lo más preocupante de esta afección es que, si no se controla puede ocasionar: derrames cerebrales, infartos, daños en los riñones y problemas en la vista.
Según la encuesta de Enfermedades Crónicas y Factores de Riesgo Cardiovascular del Departamento de Vigilancia Epidemiológica de la Caja Costarricense del Seguro Social, 3 de cada 10 ticos mayores son hipertensos,[i] un trastorno que es considerado como el principal factor de riesgo de sufrir una muerte prematura.
Existen muchas creencias populares que se transmiten como consejos entre las personas, pero muchos de estas ideas no se han comprobado científicamente. A continuación encontrará los cinco mitos más comunes que atentan contra la salud de su corazón
1. Se me subió la presión porque he estado muy nerviosa o nervioso.
Cuando nuestro cerebro interpreta que estamos en peligro, envía una serie de señales (aumentar la frecuencia cardiaca y la presión arterial) para que nos preparemos a huir. Estos cambios en nuestro cuerpo explican por qué ante ciertas circunstancias nuestra presión arterial se eleva un poco, sin embargo, estos valores vuelven a la normalidad rápidamente. Sin embargo, las personas hipertensas pierden la capacidad elástica de sus arterias (se vuelven más rígidas) lo que provoca un incremento exagerado en su presión, independientemente de que se encuentre estresados o nerviosos.
Conclusión: El estrés o los nervios pueden elevar la presión arterial en momentos determinados pero, el estrés y los nervios no son la causa de la hipertensión.
2. Sé que tengo la presión alta porque me duele la cabeza.
El dolor de cabeza es un síntoma inespecífico, es decir que puede aparecer por muchas causas. La hipertensión es conocida como el asesino silencioso porque, generalmente no produce síntomas. Tenga en cuenta que la presión arterial causa dolor de cabeza cuando alcanza niveles exorbitantes (arriba de 200 mmHg de presión sistólica y/o 110 de presión diastólica) condición que produce graves daños en los órganos vitales.
Se aconseja medir la presión arterial por lo menos una vez cada dos años. Recuerde que la única forma de saber cómo se encuentran su presión arterial es midiéndosela.
Conclusión: El dolor de cabeza no es un síntoma confiable para diagnosticar hipertensión arterial, debe medírsela.
3. No necesito tomar más medicamentos, ya se me reguló la presión.
La hipertensión arterial es una enfermedad crónica o sea, no se puede curar pero, sí se puede controlar. Las personas hipertensas deben recibir un tratamiento de por vida para bajar la presión y mantenerla estable, sí por alguna razón, suspenden el tratamiento la presión arterial volverá a subir.
Nuestro organismo funciona con presiones arteriales cercanas a los 120/80 mmHg [ii] sin embargo, tiene la capacidad de adaptarse para trabajar con bajo presiones muy elevadas, por lo tanto, es normal que al iniciar el tratamiento se sienta un poco cansado pero, está sensación desaparecerá en pocos días. El cuerpo debe acostumbrarse, otra vez, a vivir bajo presiones normales
Conclusión: No suspenda el tratamiento para la hipertensión. Sí su presión arterial se reguló quiere decir que los medicamentos están funcionando.
4. Como tomo pastillas, puedo comer toda la sal que quiera.
La Asociación Americana del Corazón advierte que mucha sal en la dieta hace que el cuerpo retenga líquidos, lo que agrega una carga extra al corazón y a los vasos sanguíneos, situación que incrementa el riesgo de tener enfermedades del corazón y derrames cerebrales.
Una cucharadita de sal representa aproximadamente de 2,300 mg sodio. El cuerpo solo necesita 200 mg de sodio por día, su exceso se elimina a través de la orina y, en menor medida, a través de la sudoración. Los riñones se encargan de regular la cantidad de sodio que se encuentra en el cuerpo y tienen la capacidad de eliminar aproximadamente 2,300 mg de sodio al día, por lo tanto, la medicación es más efectiva si se ingiere poca sal. ii
Conclusión: Tomar medicamentos para controlar los niveles de presión arterial, no significa que puedo consumir la cantidad de sal que deseo. Debo limitar la ingesta de sal.
5. No puedo tomar café porque padezco de hipertensión.
El consumo de café eleva de manera pasajera la presión, pero no se ha demostrado que beber café de forma moderada (menos de tres tazas por día) provoque hipertensión. Se recomienda que las personas hipertensas beban máximo tres tazas de café diarias.[iii]
Conclusión: Sí bebe habitualmente café, debe restringir su consumo a máximo 3 tazas diarias.
Recuerde que la hipertensión es una enfermedad para toda la vida, cumplir el tratamiento marca la diferencia, ya que disminuye significativamente el riesgo de sufrir complicaciones como infartos o derrames cerebrales.
Referencias
[i] Wong, R. Perfil Actual de la hipertensión arterial en Costa Rica: Vigilancia Epidemiológica de la Dirección de Desarrollo de Servicios de Salud de la Caja Costarricense del Seguro Social; 2013
[ii] Mahan, L., Escott-Stump, S. Krause Dieto-terapia: Elsevier Manson. Barcelona; 2009
[iii] García-Donaire J.A, Abad M, Martell N. Consumo de café y su relación con la presión arterial. Unidad de Hipertensión Arterial. Fundación de Investigación IdISSC. Hospital Clínico San Carlos. Madrid; 2013