¿Por qué deben desayunar los niños?
Nuestros hijos copian y repiten: frases, gestos, juegos y conductas, es su manera de aprender La imitación es su principal método de aprendizaje y se extiende a todas las áreas del desarrollo, incluyendo las conductas alimentarias.
Los padres debemos inculcar, de manera positiva, prácticas alimentarias saludables. Animar a nuestros hijos a desayunar, ofreciendo conscientemente opciones saludables, divertidas y variadas, impactará positivamente la salud y el desarrollo de nuestros chicos.
El desayuno no debe ser un mero trámite para ir a la escuela, esta comida es fundamental porque cada noche, mientras dormimos, nuestro cuerpo realiza una serie de funciones (repara tejidos, libera hormonas, desarrolla músculos, restaura capacidades cognitivas) utilizando la energía almacenada.1 Por la mañana, cuando despertamos, nuestro organismo sólo cuenta con una pequeña reserva de combustible (290 calorías aproximadamente) capaz de preservar nuestras funciones vitales por los próximos 45 minutos, tiempo en el que el cerebro espera recibir alimentos, una nueva inyección de energía. 1
Si estamos apurados y no podemos desayunar, cerebro se ve obligado a activar una serie de mecanismos de emergencia para liberar cortisona. La cortisona provoca que las células liberen sus proteínas hacia el torrente sanguíneo. Estas proteínas se dirigirán al hígado dónde se convertirán en glucosa, y así, obtener la energía necesaria para mantener las funciones vitales del cuerpo como: la respiración, el bombeo de la sangre a través del corazón, mantener el sistema inmune, entre otros. 1
En conclusión, quien no desayuna se come sus propios músculos y, su cerebro en lugar de ocuparse de las funciones intelectuales, se mantendrá ocupado activando mecanismos de emergencia para salvaguardar las funciones vitales del cuerpo.
Consecuencias de no desayunar
Al no desayunar, obligamos al cerebro a implementar una estrategia de ahorro energético. Este órgano no es capaz de diferenciar sí el ayuno será por unas horas o por unos días, por lo tanto, se preparar para afrontar el peor escenario y, ordena almacenar en forma de grasa los alimentos que reciba en su próxima comida, como consecuencia, aumentamos de peso. 1
Las beneficios de desayunar son numerosos. Según los hallazgos publicados en la Revista Española de Nutrición Comunitaria en el 2000, omitir el desayuno disminuye el rendimiento en áreas del aprendizaje como la habilidad numérica y la lectura; afecta el estado emocional de los chicos, quienes se sienten más irritables, inquietos, cansados o tristes; y baja el rendimiento al realizar actividades físicas.2 Otro estudio realizado en Gran Bretaña concluyó que suprimir el desayuno disminuye la rapidez y la exactitud en pruebas de la memoria inmediata y espacial.3
Al relacionar el estado nutricional de los chicos y el hábito de desayunar, un estudio uruguayo demostró que los niños que omiten el desayuno tienen el doble de probabilidad de sufrir obesidad infantil frente a los niños que sí lo hacen.4 Además, los chicos que no desayunan acostumbran a picar entre comidas alimentos cargados con azúcar y grasa.5 Estas elecciones alimentarias comprometen el aporte de nutrientes como: el calcio, la fibra y las vitaminas B12 y B2, fundamentales para su óptimo desarrollo.6
En nuestro rol como padres debemos procurar brindarles a nuestros hijos platillos saludables. Un buen desayuno debe aporta entre un 14 – 25% de la energía y los nutrientes que requieren los niños para satisfacer sus necesidades diarias.1
Referencias
- Thomson, Janice, Melinda Manore, y Linda Vaughan. Nutrición. Madrid, España: Pearson Addison Wesley, 2008.
- Sánchez, José Antonio, y Luis Serra. «Importancia del desayuno en el rendimietno intelectual y estado nutricional de los escolares.» Revista Española de Nutrición Comunitaria, 2000: 53 -95.
- Benton D, Sargent J. Breakfast, blood glucose and memory. Biol Psychol 1992;33(2-3):207-10.
- Márquez, MV. Cerruti F. Omisión del desayuno, comportamiento sedentario y su asociación con la obesidad en escolares de Chuy. Tesis para obtener el grado de Magister en Nutrición. Universidad Católica del Uruguay, Montevideo, 2011.
- Tojo R, Leis R. Nutrición del niño en la edad preescolar y escolar. En: Gil A. Tratado de nutrición. Barcelona: Editorial Acción Médica; 2005. Tomo III, p 331-65.
- Nicklas TA, Bao W, Webber LS, Berenson GS. Breakfast consumption affects adequacy of total daily intake in children. J Am Diet Assoc 1993;93(8):886-91.